Retomamos el plan de nuevo. Pero antes os recomiendo que echéis un vistazo al disparatado campeonato Regional de Máxima y única categoría que tendrá lugar en el año 2040. Sé que muchos ya os habéis reído con él, pero seguro que otros no habéis tenido oportunidad de realizar un breve viaje al futuro, quizás no tan distópico, que nos aguarda. Entrad solo si tenéis despierto el sentido del humor, de lo contrario, quizá os indignéis un poco.

El campeonato número 100

Sábado, 21 de julio de 2040, 38 grados de temperatura. El cambio climático es lo que tiene. En una bolera de Cantabria, esa temperatura no era normal hace 20 años. Ahora es la tónica. Aunque su cercanía al río y los árboles la protegen del calor, el hormigón quema al tacto. Quizá por ello la […]

El campeonato número 100 | Segunda parte

En la grada, a la sombra, ya solo quedan los familiares más allegados de los contendientes y las contendientas. Porque desde que culminó la Agenda 2030, la liga de la máxima categoría por equipos es mixta y se ha impuesto la paridad. En lugar de optar por reducir el número de jugadores por equipo, los […]

En los tiempos que corren toda peña que se precie, sobre todo si es de la máxima categoría, reivindica un estadio bolístico. Es normal. A nadie le gusta aplazar partidos y, no nos engañemos, una bolera cubierta necesita menos trabajo para su mantenimiento. Por lo menos por algún lado asoma la cordura y vamos reduciendo las alturas de la grada o, directamente,sustituyendo una grada por una pared.

Por otro lado hemos asistido al despilfarro de euros reacondicionando boleras para un día. Miles de euros para que una bolera recupere su uso un día al año y al mes siguiente haya que entrar con el machete. Lo vemos todos y no lo entendemos ninguno. Demos el beneficio de la duda a los responsables. Vamos a pensar que tienen un dinero que deben gastar y no saben cómo. Llega alguien y les da la facilidad de hacerlo así y lo hacen. El dinero se va por el desagüe. Pero se puede presumir en los medios de haber invertido en los bolos…

Más allá del obvio trastorno que supone aplazar un partido por lluvia las boleras cubiertas son una necesidad más de nuestro juego. Pero ojo, cuando yo hablo de bolera cubierta no me refiero a estadios bolísticos de nueva creación con capacidad para 1000 personas. No de eso ya tenemos de sobra. Y al final sirven para que el 90% de sus asientos no sostenga ni un solo trasero al año

Cuando yo hablo de boleras cubiertas hablo literalmente de cubrir boleras. Ni siquiera de cerrarlas. Tampoco hablo de levantarlas de la nada. Hablo de hacer una cubierta de 40 por 12, unos 500 metros cuadrados con una altura suficiente que permita el juego, sobre una bolera ya existente. Y eso viene a costar unos 60.000 euros. Con esa inversión te garantizas el uso de la bolera 365 días al año. Invito al que tenga tiempo y ganas a acercarse al complejo deportivo de Hoz de Anero. Existe una explanada en su parte posterior, que hace las veces de aparcamiento, en la que podrían haberse ubicado las boleras de Palma y pasiego que se han construido allí recientemente. Ambas boleras se podrían usar 365 días al año. Junto con la bolera semicubierta de Pasabolo Losa, tendríamos una especie de universidad bolística multidisciplinar (a falta de pasabolo tablón). A ver, si alguna mente brillante, después de esta observación, se atreve a emular el campus Bolístico de Norberto en las infrautilizadas instalaciones federativas. O, como otro ejemplo, las boleras cubiertas de Bolo Pasiego.Que son, simplemente eso, boleras, cubiertas. Ni siquiera cerradas.

¿Por qué pretendo que se usen 365 días al año?. Los motivos los tengo claros:

  • El primero y principal es asegurar la celebración del partido en la fecha indicada suspender no es del agrado de nadie. Más aún cuando en el siglo 21 es necesaria la presencia de siete personas al menos para contemplar que la bolera está impracticable. Anacrónico y obsoleto. Implica perder el tiempo y una mala experiencia. Por otro lado hay que ponerse de acuerdo para encontrar nueva fecha. Unas veces será viable y otras no. Otra mala experiencia. Esas malas experiencias son las que van minando nuestra resistencia. Para mí, son malas experiencias evitables, así que no les encuentro sentido.
  • Segundo usar una bolera 365 días al año es vital para un nuevo modelo de escuela de bolos. ¿Os acordáis de que reclamaba que cada escuela tuviera dos o tres monitores?, ¿que pedía escuelas más fuertes y menos escuelas? Tener una bolera cubierta permite desestacionalizar las escuelas. Cuando empezamos la actividad bolística los padres ya han cubierto las extraescolares de sus hijos. En octubre que es cuando suelen empezar los niños, ya tienen esa parte de su formación cubierta. Esto obviamente dificulta que se apunten a los bolos. 

Escuelas que tuvieran a su disposición dos o tres monitores y una instalación bajo techo podrían ofertar esa actividad de octubre a junio.

Y una instalación como la que propongo no va más allá de los 60.000 euros tirando por lo alto. Se puede hacer una al año. Y en dos legislaturas tendríamos ocho escuelas de bolos capaces de funcionar 365 días al año. Además, dispondríamos de 8 boleras cubiertas ubicadas estratégicamente para dar cobertura a 8 áreas de influencia. Los ayuntamientos, por otro lado, dispondrían de instalaciones bajo techo para darles otros usos más allá de los bolos.

Y no es ninguna utopía. Es una fase del plan como el resto fácil de llevar a cabo. Dinero para rehabilitar boleras ya sabemos que hay. Nos falta usarlo con un poco de conocimiento. En unos años veríamos los frutos. Es importante hacerlo bien. Una buena idea en las manos equivocadas puede resultar en un desastre mayúsculo. Al final resulta peor el remedio que la enfermedad.

Como siempre todo esto se pone más claro cuando lo vemos con un ejemplo. Y si a los responsables de todo este circo les da por cubrir la bolera de Fontibre, pues mal vamos la verdad, pero es que son capaces de hacerlo. Y así una buena idea termina en desastre.

¿Por dónde empezar? por Fontibre no, obviamente. Retomando las fusiones de escuelas por aquella zona ya no teníamos ninguna. Ruiloba, Torrelavega y Sarón ya disponen de instalaciones cubiertas. Así que por allí no deberíamos comenzar. Sí que deberíamos insistir en fusionar escuelas, de esa manera contaríamos con más medios humanos para que el bolo palma pudiera ser una alternativa más, dentro de la amplia oferta de extraescolares. Dos horas a la semana todas las semanas durante los meses de octubre a junio dan para mucho.

Yo empezaría por Santander o por Buelna. Sí, ya sé que ambos municipios cuentan con instalaciones cubiertas. Pero en términos de oferta formativa bolística no se les saca rendimiento. Son instalaciones públicas privatizadas, en las que prima más el beneficio de unos pocos que la promoción de nuestro bien de interés cultural inmaterial. Sigamos con los ejemplos ilustrativos.

Seguro que alguno conocéis la bolera del instituto Leonardo Torres Quevedo. Yo paso por ahí a menudo. Empezaría por esa bolera. Y os explico el motivo. Es una instalación pequeña, tiene 14 metros de tiro. Muy lejos del concepto normal de bolera cubierta. Esto implica un menor coste. Pero no es solo esa ventaja:

  • En un radio de apenas 500 metros además del propio instituto hay otros cuatro colegios, al menos que yo recuerde. Daríamos servicio a muchos niños en edad escolar.
  • El propio instituto tendría una instalación cubierta para su uso diario.
  • Cualquier Peña de la liga de aficionados de Santander podría disputar sus partidos en caso de lluvia allí.
  • Santander contaría con una bolera cubierta bastante más útil que las que ahora tiene.
  • No es necesario invertir dos millones de euros para que se use unas horas a la semana por un puñado de elegidos. Veréis como algunos se queda con este comentario sin darse cuenta de que es la pura realidad por mucho que pueda sentirse ofendido.

Pues hasta aquí os dejo otra de las partes del plan. Cada uno que entienda lo que pueda o lo que quiera. El que se ofenda o se moleste dos males tiene. Pero yo no voy a callarme porque pueda molestar a alguien. El perjuicio de callarme puede ser mayor, para nuestro juego, que la paz mental de cualquier individuo. Así que es lo que hay. No me parece justo callarme o no decir las cosas claras si con ello se desaprovechan las pocas oportunidades que nos quedan.

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