Excelentísimo señor consejero de Economía, Hacienda y Fondos Europeos:
Lo primero, reiterarte mi felicitación por el nombramiento y mi deseo de que se te permita trabajar.
De sobra es conocida tu pasión por nuestro juego y nadie duda que harás todo lo posible por mantenerlo vivo desde las responsabilidades de tu cargo. Es seguro que la inmensa mayoría hubiera deseado tu nombramiento en el área de Cultura, Turismo y Deporte. La relación con nuestro juego sería más directa y obvia. Pero yo soy el rarito del grupo. Yo sé que puedes hacer mucho más desde tu ámbito de actuación de lo que podrías hacer en un área más directamente relacionada.
Personalmente supongo que para ti es un alivio poder decir que los bolos no son tu competencia directa. Porque peticiones no te van a faltar, pero escapan a tus competencias. Como te he dicho, yo soy el rarito, el que complica las cosas. Al que no le gustan las balsas de aceite, y de mi petición no te vas a poder librar fácilmente. Se me da bien jugar con las cartas que me tocan. No se me oirá decir, ojalá a Luis Ángel le hubiera tocado Deportes. No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió. Así que voy a jugar mis cartas.
Y te voy a poner en el compromiso de que ayudes a los bolos desde tu posición. Y sé que buscarás la manera de hacerlo. No voy a hablarte de leyes, las conoces mejor que yo, aunque a veces no hayamos compartido interpretaciones. Yo prefiero hablarte de ideas que mejoren los bolos. Algunas supondrán una merma de ingresos, pero sabrás lidiar con ellas. Yo te voy dejando alguna, haz con ellas lo que puedas.
Al hilo de la ley 49/2002 de Mecenazgo, queda recogido en la norma que podrán acogerse a ella las entidades declaradas de utilidad pública. Desconozco si desde tu área se podrá hacer algo al respecto, pero coincidirás conmigo en que pocas asociaciones habrá tan de utilidad pública en nuestra región como las Peñas y Escuelas de Bolos.
Una hipotética declaración de utilidad pública facilitaría su trabajo y permitiría a las empresas que colaboran con ellos acogerse a los incentivos fiscales que ya existen en la citada ley. Y aunque exista jurisprudencia que defienda el interés público de las asociaciones deportivas en tanto en cuanto la práctica del deporte es libre y voluntaria, yo voy un paso más allá.
Porque no solo se trata de reconocer su utilidad pública como facilitadores de la práctica deportiva. También se trata de hacerlo como mantenedores y conservadores de un bien de interés cultural inmaterial. Para mí la utilidad pública es manifiesta. Bastaría encontrar el encaje legal. Pero yo no puedo hacerlo todo. Cierto es que supondría una merma de ingresos, pero creo que desdeñable en comparación con el beneficio que obtendrían nuestros amados bolos. Seguro que compartes conmigo que, ya que hay que gastar el dinero de todos, al menos que sirva para algo.
Hablando del mantenimiento y conservación de un bien de interés cultural inmaterial, me viene a la mente otra idea que seguro compartirás que es de justicia aplicar. Esta sí supondría un mayor gasto, pero asumible. Llevamos años con la aportación gubernamental congelada. Demasiados. No creo que nadie se lleve las manos a la cabeza si las Peñas y Escuelas de Bolos recibieran una ayuda extraordinaria como mantenedores y conservadores de un bien de interés cultural y inmaterial.
Es de justicia. Y cualquier observador imparcial ve que mantienen y conservan ese Bien de Interés Cultural Inmaterial. No es un agravio comparativo con otros deportes. No se les ayuda como deporte. Se fomenta la conservación de un bien de interés cultural inmaterial. Algo a lo que por ley, está obligado el Gobierno del que formas parte. Porque hasta ahora ha sido muy bonito y muy regionalista decir que los bolos son seña de identidad y un bien de interés cultural inmaterial. Pero solo ha servido para que muchos se llenaran la boca de palabras rimbombantes. Igual ha llegado el momento de que se dote presupuestariamente. Igual ya es hora de que se cumpla la ley.
Como ves, hasta ahora, son fórmulas que no revisten una gran dificultad ni un despilfarro de dinero público. La siguiente petición tampoco supone un gasto. O al menos, no debería suponerlo. Tú mejor que nadie conoces las dificultades a las que se enfrentan año tras año Peñas y Escuelas de Bolos para justificar una, cada vez más, menos útil cantidad de dinero.
Ya sabemos que la exigencia viene de arriba, de unos señores que desde Madrid auditan y controlan cada céntimo de dinero público. Pero practicando un poco la empatía, no cuesta mucho entender cómo se sienten los responsables de Peñas y Escuelas año tras año. Y en este 2023 todavía creo que con más razón. Tras comprobar cómo ese mismo dinero público baila de mano en mano a través de sobres, regalos y fotocopias, es normal que piensen que no es de justicia la documentación que se les solicita, mientras otros se lo llevan calentito a la cara de todo el mundo.
Y no, no estoy pidiendo rebajar el nivel de exigencia de la justificación. Estoy pidiendo usar la imaginación para que el mísero puñado de euros que reciben las Peñas no sea precisamente un concepto justificable con tanto detalle. Desde el desconocimiento, se me ocurre que podría ser a través de un contrato de servicios, un tipo de publicidad institucional que no requiera de tanto papeleo. No le encuentro sentido a que desde el propio Gobierno de Cantabria se haya contribuido a la desmotivación de Peñas y Escuelas. Yo siempre he pensado que la función de un Gobierno es promover, fomentar y alentar. Igual estoy equivocado.
Voy a ir terminando como empecé, felicitándote por esta gran responsabilidad y con el deseo de que te dejen desempeñarla como tú solo puedes hacerlo. Y aprovecho para resumir un poco cómo puedes ayudar al deporte que tanto quieres.
- Uno, promoviendo la declaración de entidades de utilidad pública de Peñas y Escuelas de Bolos.
- Dos, tratando de que se recupere la famosa orden de ayudas a Bolos y Remo, apoyándose esta vez en el sostenimiento y conservación de un bien de interés cultural inmaterial.
- Y tres, reformulando el concepto por el que las Peñas y Escuelas de Bolos reciben un puñaduco de euros a fin de que la labor de justificación no requiera los servicios de un economista.
Tres detalles insignificantes, pero que estoy seguro que tendrían un impacto positivo en el freno de la desaparición de una de nuestras señas de identidad regional.
Recibe un cordial saludo del rarito.
PD: Por si quieres echarle un vistazo al plan hasta este momento: