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El otro día tuve la oportunidad de escuchar en la radio a alguien al que, seguro, que los que otorgan el carnet de bolístico, tendrían a bien afirmar que sabe de bolos. A Bano. Creo que en eso estarían todos de acuerdo.

Discrepo con él en varios de los puntos tratados. A saber:

  • La salud de la tercera categoría. Lo siento, la tercera está muerta si la comparamos con la categoría que fue hace no muchos años. Sin ir más lejos, en Santander, había un grupo completo en el que un año ibas a Cacicedo, otro a Herrera y otro a Cuchía, hasta que El Belga llegó para subir la peña a segunda, después de haber hecho lo mismo con la peña Forín  el año anterior.
    Tantas son las diferencias que, a día de hoy, en la capital de Cantabria no queda ni una sola Peña en tercera. Así que, no goza de buena salud la tercera categoría. Comentaba Bano que si agregamos a la ecuación la segunda b, entonces estaba más claro aún.

    Pues siguiendo con el ejemplo anterior, también recuerdo un buen número de peñas, casi otro grupo entero en segunda en Santander. Ahora quedan cuatro equipos y dos de ellos pertenecen a la misma Peña. Desde este prisma no puedo compartir la opinión de Bano, la tercera está muerta.
  • Discrepo también en la necesidad de imponer árbitros en tercera categoría. Ese golpe de seriedad podría ser la puntilla de la tercera. Esos golpes de seriedad han consistido en estos años en no saber ni querer adaptarse al cambio. Un cambio que demandaban los bolos a gritos.
    Y la prueba más clara de lo que han demandado los bolos en estos años ha sido que se han organizado sin la seriedad que se ha impuesto. Y no es que se haya hecho más seria y complicada la tercera. No, la tercera no ha cambiado en veinte años.

    Los que hemos cambiado hemos sido las personas. Y los responsables de adaptarse a ese cambio ni han sabido ni han querido. Y digo que no han querido porque no han hecho nada para no equivocarse. Dando lugar así a un error silencioso de consecuencias catastróficas. Han sido muy buenos, no se han equivocado tomando decisiones.
    Se han puesto de perfil. Y así han logrado recuperar las ligas de aficionados, a costa de cargarse la tercera. Y bien que se la han cargado. Porque si recuperas las ligas de aficionados y mantienes 60 equipos en tercera, pues tienes un mérito increíble. Pero quedarse quieto mientras se van por el desagüe más de la mitad de las peñas no parece muy difícil de hacer.

    Así que creo que no hay que poner árbitros en tercera. No soy partidario de añadir más seriedad a la categoría.

Salvando la tercera de bolo palma

Y es que la categoría pide a gritos menos seriedad. ¿Y cómo logramos menos seriedad? Pues se me ocurren varias formas, como dacía Bano, metiendo el cuchillo, cada uno tiene las suyas, estas son las mías:

  1. Permitir que la liga de tercera se pueda disputar tres contra tres. Muchas peñas se encuentran en la dificultad año tras año de encontrar jugadores. Y muchas de esas peñas llevan muchos años siendo los cuatro amigos de toda la vida. El día que falle uno solo de ellos por cualquier motivo, otra peña por el desagüe.

  2. Quitar un metro (personalmente lo aplicaría todas las categorías, pero eso es otra historia y debe ser contada en otra ocasión) Ya ha llegado el momento de coger el toro por los cuernos y fijar el tiro máximo en 15 metros.
    Permite alargar la vida deportiva de los jugadores, reducir la duración de los partidos y posibilita que más gente pueda jugar en tercera. Y en esto Bano y yo estamos de acuerdo.

  3. Hacer grupos más cortos. Ya lo decía el otro día, el número ideal sigue siendo 8. Con la treintena de peñas que quedan en tercera, habría menos desplazamientos al año y esto serían más cortos.
    Además mejoramos un poco la forma de la pirámide que, seamos claros, ahora parece más un churro. También coincidimos Bano y yo, aunque yo soy más radical al proponer 8 equipos.

  4. Permitir que en el momento de formalizar la inscripción las peñas puedan manifestar su disposición a jugar los jueves a las 8 de la tarde, por ejemplo. Y al confeccionar el calendario, cuando se enfrenten dos de esas peñas, fijar el partido el jueves a las 8.

    Sí ya sé que eso se puede hacer ahora, pero siempre será más fácil si viene hecho de serie. Porque no nos engañemos. Hay una escasez inmensa de facilidades. No es lógico que se mida con la misma vara a la élite y a la tercera. No podemos imponer el mismo nivel de seriedad. Eso lo llevamos haciendo durante todo el siglo 21. Aplicar condicionantes del siglo pasado. Muy arcaico todo. Y muy poco efectivo.

Son solo 4 ejemplos de medidas que, estoy seguro, conseguirían, en un principio, frenar la sangría de equipos en tercera.

Porque claro que se juega a los bolos en Cantabria. Cada año hay más ligas de aficionados. Pero es muy triste el panorama que presentan los bolos federados. Triste y desolador.

En lo que no puedo estar más de acuerdo con Bano es en que hay que meter el cuchillo ya. Y no digo que las medidas buenas sean las mías ni las de él. Pero como él, sé que hay que hacer algo ya, cuanto antes. Porque el no hacer nada ya lo hemos puesto en marcha y no ha funcionado.

¿Los bolos están vivos? Desde la óptica de Bano si. Desde la mía, qué es la de los bolos federados, rotundamente no. Tenemos una federación más débil y menos representativa que hace 20 años. Con mucha menos fuerza para plantarse ante el gobierno de turno y exigir lo que realmente le corresponde a nuestro deporte.

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