Dicen los estudios que el duelo presenta cinco etapas claramente diferenciadas:

  • Negación
  • Ira
  • Negociación
  • Depresión
  • Aceptación

Y no es hasta que recorres todas cuando lo puedes dar por superado. Ahora que las leo las identifico perfectamente. La ventaja de disponer de una cabeza que se escapa a la norma es muy clara también. Como todo discurre a mayor velocidad, puedes recorrerlas más rápido. Te cuesta el mismo trabajo superarlas, pero, al menos, lo haces antes que el resto.

Y mientras, la mayoría parece estar en la fase de la ira, preparándose para la fase de negociación. Cierto que algunos parece que se han estancado en la negación, pero ya saldrán. Cosas de la juventud supongo. Ya la superarán.

Una vez lo aceptas, pues parece claro que hay que ir buscando enterrador. Ya no es cosa de perder el tiempo debatiendo con los que andan en la negación y la ira. Porque es perder el tiempo. Si alguien está centrado en negar la realidad o en enfadarse con ella buscando culpables o señalando a los que advertimos como los responsables es inútil hacerle ver otras perspectivas.

Los que me habéis seguido con frecuencia recordaréis que he hablado alguna vez de la canción “Pueblo Blanco” de Serrat. Pues ya la hemos completado entera. Hemos llegado al final de la pieza. Y el final no ha cambiado. Sigue siendo el mismo cada vez que la escucho.

Así que se necesita enterrador. El que se perfile para la plaza que tenga claro que tiene muchos papeletas de ser el anteúltimo presidente de la FCB tal y como la conocemos hasta ahora. A no ser que ya hayamos conocido al penúltimo presidente y estemos buscando al último. Pero no creo. Más o menos voy percibiendo la diferencia de velocidad e igual al que dirija esta legislatura le da tiempo a cavar la fosa, encargar la lápida y programar el funeral.

Todo esto se entiende mejor cuanto más cerca estés de recorrer el duelo completo. Si aún andas negando, pues no coincidiremos en ningún aspecto. Si estás en la fase de la ira, dirás algo así como :

ya está el incendiario este otra vez

con mucho enfado e indignación.

Si andas negociando con la realidad, creerás que aún hay posibilidades. No tardarás en darte cuenta de que no las hay, de que las hemos desperdiciado todas. Si ya te encuentras en la depresión, todo esto tendrá mucho sentido. 

Y si lo has aceptado hace tiempo y estás leyendo esto simplemente murmurarás: ya te lo dije Pedro, estamos muertos. Yo, por aquel entonces andaba aún en la fase de negociación. Y fue una tarde antes de un partido en una de esas boleras vetustas de Cantabria que este año ya no tiene actividad. Tenías toda la razón Jose.

Así que me dedicaré a tratar de jugar mientras el cuerpo y los bolos aguanten. Como conozco el final, lo afrontaré de otra manera, serenamente. Ya no ayudo más a tratar de salvar al deshauciado. Ya sé que va a dar igual. El que quiera el puesto de enterrador que lo coja, pero conmigo que no cuente. No encuentro motivación para hacerlo.

Seguiré, porque no sé hacer otra cosa, echando una mano al que quiera tratar de llegar al final con dignidad. Y si hay que ayudar a interpretar una norma, a explicar la reestructuración de los cojones o a hacer algún tedioso trámite, pues el que me conoce sabe que siempre voy a estar allí. Porque el camino que os queda por recorrer a muchos y muchas puede ser, en ocasiones, bastante complicado. Pero se supera, solo hay que darle tiempo. Mientras tanto, si me permitís un consejo, escuchad Pueblo Blanco. Dentro de un tiempo entenderéis el final:

 

Pero los muertos están en cautiverio

Y no nos dejan salir del cementerio

 

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