El problema no son los 19 metros en Primera
Esto es única y exclusivamente una opinión personal. Ni hablo por boca de nadie, ni represento a nadie más que a mi mismo.
El problema no son los 19 metros. Tampoco lo es que se haya aprobado que haya dos grupos en Primera. Ni el supuesto bajón de calidad de la Primera Categoría. Ni el árbitro auxiliar, que lleva años recogido en las bases de competición. Ni que los equipos de División de Honor entren en el sorteo de Copa en la primera ronda.
Si el problema fuera el salto de dos metros y la calidad de la Primera, la solución es inmediata. Quitar el tiro que sobra en la categoría superior y dejarla en 10 equipos. Desaparece el salto de dos metros y aumenta la calidad de la primera categoría. Si ninguno de los que se rasgan las vestiduras ha planteado la solución más lógica y sencilla, puede que sea porque lo que interesa en este momento es incendiar un poco el ambiente. No se trata de buscar soluciones, nunca ha sido la intención. Se trata de apalear, insultar y señalar al que piensa diferente. Y solo porque piensa diferente. Y eso en los bolos, como tantas otras normas que todo el mundo dice que existen y nadie sabe dónde están escritas, es ley.
La solución tampoco es la licencia autonómica de tercera categoría por 30 €. Ni la gratuidad de los derechos y licencias para nuevos clubes el primer año. Ni siquiera el hecho de que los días entre semana sean hábiles para jugar partidos de liga si ambos equipos pueden. Todo esto ayuda sin ninguna duda. el que diga lo contrario miente.
Pero ni los problemas son esos ni las soluciones alcanzan. Hay un problema mucho mayor, que sufren todas y cada una de las peñas de bolos en Cantabria.: Justificar la miseria que reciben por la labor realizada.
Todos entendemos que es dinero público. Hasta ahí ninguna pega. Y la pelota va pasando del tejado de la Federación, a la Dirección General de Deportes, a la Consejería de Universidades, Igualdad Cultura y Deporte y ahora está, al parecer, en el del dichoso Tribunal de Cuentas.
Y dicho tribunal no encuentra otro entretenimiento que tomarla con los bolos de Cantabria. Y nadie hace nada. La culpa no la quiere nadie. Al Tribunal de Cuentas no le importa lo que se hace aquí por los bolos. Lo cual es normal, por otra parte. La importancia de los bolos disminuye a medida que ascendemos por la escalera.
Le importan y mucho a las peñas, árbitros, jugadores, monitores …. Ojo, hablo de los bolos en general, en sus cuatro modalidades. Si alguien lee o escucha la palabra bolos y no tiene una imagen global de los mismos, echará pestes de mi opinión.
Esto es única y exclusivamente una opinión personal. Ni hablo por boca de nadie, ni represento a nadie más que a mi mismo.
Los bolos le importan un poco menos a las federaciones. Más centradas en la búsqueda de recursos, negociaciones y demás asuntos federativos.
Menos aún le interesan los bolos a la Dirección General de Deportes, que debe atender, sin discriminar, a todas las modalidades deportivas de Cantabria.
Algo menos todavía le interesan los bolos a la Consejería de Universidades, Igualdad Cultura y Deporte. Son muchas y muy extensas las áreas que abarca.
Y poco o nada le interesan al Tribunal de Cuentas los bolos. Totalmente lógico, por otra parte.
Pero el problema está ahí. Y es bien gordo. La importancia del mismo disminuye a medida que vamos hacia arriba. Pero la obligación de justificar desciende por la escalera. Hasta caer en las espaldas de las peñas y las escuelas.
¿Alguien hace algo por evitarlo? No. Nadie mueve un dedo. En ninguna cabeza bolística entra que haya que presentar una docena de papeles, más o menos oficiales, para justificar una miseria de dinero. Y sin embargo, todos, en mayor o menor medida, lo acaban de hacer. Creo que no se le escapa a nadie que esto es una vergüenza.
Y mientras tanto, igual que la orquesta del Titanic, los músicos siguen tocando como si no pasara nada. Es más, tocan más fuerte. Sacan pecho de su salud nacional e internacional. Reparten diplomas a sus campeones, imagino que como forma de devolver un porcentaje de los papeles recibidos para justificar la miseria que reciben los bolos a cambio de su trabajo de todo el año.
Los políticos, conscientes de la poca relevancia que tienen los bolos, se llenan la boca hablando de que son Bien de Interés Cultural y que se lo pasan muy bien en las boleras. Y, encima, con todo el desparpajo, exigen a la gente de los bolos que no se pierda una bolera más…. A cambio te darán una limosna a final de año después de emitir tu factura, memoria, recibos, facturas, justificantes, papeles de protección de datos….
Además, un gasto imprescindible para el funcionamiento de una peña, como son las licencias y los derechos federativos no sirven para justificar la limosna. Muy coherente no parece, la verdad.
Y, por si fuera poco, el pago se hará, obligatoriamente, en una cuenta corriente de esas que te cobran 30€ al mes por guardar tu dinero. Lo comido por lo servido. Pero eso si, por favor, que no desaparezca una bolera más.
Que sí, que todo esto le cuesta menos a una peña de las de la cima de la pirámide. Obvio, dispone de más recursos, tanto humanos como económicos. Pero poneros por un instante en la piel de las peñas modestas o de pasiego, losa y tablón. Y tened claro que, no todos los ayuntamientos apoyan a los bolos.
El panorama por allí abajo es desolador. Y el enfado totalmente justificado. Por eso decía al principio que hablo de la imagen global de los bolos, no de ninguna categoría ni peña en particular.
¿Soluciones? A bote pronto un par de ellas. Fáciles de llevar a cabo. Solo hace falta voluntad. Pero claro, la voluntad es algo más que una limosna y unas buenas palabras. Hace falta que alguien las ponga en la mesa del responsable político de turno. Y que el responsable político de turno tenga ganas de mover algo más que los labios para demostrar todo lo que le importan los bolos.
La primera, tan sencilla como pagar a las peñas y escuelas por un concepto de esos que no hace falta justificar: Publicidad institucional. Qué mejor publicidad institucional que conservar un bien de interés cultural inmaterial que no ha recibido ni un euro como tal desde que se creó.
No creo que los medios de comunicación deban justificar el dinero que reciben por publicidad institucional. Las peñas y escuelas tampoco deberían hacerlo. Y vamos a quitarles un poco de trabajo en lugar de darles más. De esa forma, le aseguro, Señor Consejero, que dispondrán de más tiempo y energía para que no desaparezca una bolera más.
Y la segunda idea, un poco más elaborada, pero seguramente más del agrado de nuestros políticos, acostumbrados a crearlas para evadir fiscalizaciones indeseadas y colocar amigotes. A mí es que lo de “empresa pública” me parece un sinsentido, pero como a ellos les encanta, pues lo propongo.
Tan sencilla como crear la Sociedad Regional de Conservación del Patrimonio Cultural de Cantabria. Recuerden, los bolos son Bien de Interés Cultural. Pues se pone en marcha una empresa pública de esas que coleccionamos y otorgue usted las ayudas a través de esa “empresa”. Dos pájaros de un tiro. Hace algo de verdad por los bolos y reubica a esos privilegiados que siempre andan preguntando ¿qué hay de lo mío?
Y ya, si quiere bordarlo y que los bolos lo saquen a hombros por la puerta grande, deje de subvencionar a las entidades bancarias que se quedan con la mísera ayuda. Pague usted mediante cheque bancario y que, cada uno, haga con él lo que estime oportuno….
Que sí, que el Tribunal de Cuentas tiene razón y hay que acatar. Pero hombre, algo más se puede hacer aparte de estrujar a los que sostienen los bolos. Acabo como empecé, esta es mi opinión personal. Tan respetable y criticable como la de cualquiera. Ni represento a nadie, ni aspiro a ello.
Esto es única y exclusivamente una opinión personal. Ni hablo por boca de nadie, ni represento a nadie más que a mi mismo.
El 90 % es verdad.
Creo que hay una razón más que suficiente para decir lo que se dice, a la gente de los bolos se nos exige mucho papeleo, cada año más inconvenientes para que te den una mísera propina. Sin embargo no todo lo que se puede aportar sirve como justificante. Realmente muchos nos estamos cansando de todas estase exigencias y terminaremos por dejar de trabajar para que los bolos sigan adelante…