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Hay que reestructurar las ligas de bolos ya | Análisis de la situación

Nos estamos cargando los bolos. Eso es una realidad. No podemos pensar que lo que servía hace tan solo 15 años es de aplicación en la actualidad. Principalmente por tres razones:

  • La perspectiva económica no es la misma. La que se avecina comparada con la que vivimos por aquel entonces puede ser una broma… Y todos sabemos que el dinero afecta a los bolos y que, puestos a recortar y meter el cuchillo, nuestros bolos están en la diana
  • La perspectiva social tampoco. La conciliación ha venido para quedarse. Nos puede gustar más o menos, pero la realidad es que la conciliación cada día tiene más valor. Y, puestos a lograrla, los bolos vuelven a ser el elemento perfecto del que desprenderse para acercarse un poco más a ella
  • El número de equipos disputando las ligas ha caído más del 25% en estos 15 años. En 2007 había 165 peñas Cántabras repartidas en las mismas categorías que ahora (12 de Cantabria en Liga Nacional+ 2 foráneas). En 2022 tan solo 122 equipos siguen jugando. En la actualidad hay un 26% menos de peñas que hace tan solo 15 años. Se dice pronto, pero es la realidad.

Conclusiones del análisis

Como ha quedado demostrado el entorno en el que se encuentran los bolos no tiene nada que ver con el que convivíamos hace tan solo 15 años. Es radicalmente distinto. Vaya por delante que este análisis se refiere solo a lo que no son bolos de élite. Los bolos de élite los considero muy libres de pegarse tantos tiros en el pie como crean conveniente. Al fin y al cabo, funcionan de otra manera y tienen otros condicionantes y, el entorno descrito, puede que no les afecte tanto como al resto.

Que no se enfade nadie, les va a afectar, por supuesto, pero en menor medida. Van a encontrar puertas cerradas. A sus jugadores les resultará cada vez más difícil conciliar, pero, en los niveles económicos en los que se mueven, la falta de conciliación es más fácil de llevar. Eso es otra realidad. Supongo que algún día entren en razón y vean que repartirse el poco público que queda entre 7 partidos por jornada no tiene mucho sentido o que jugar en los mismos horarios que el resto de ligas supone renunciar a una parte importante de la taquilla porque no se puede estar viendo bolos y jugando al mismo tiempo. Si que creo que se darán cuenta, igual que percibieron que terminar los partidos con el 4-0 los hacía más cortos e interesantes. Seguro que algún día se darán cuenta que una liga de 10 equipos es mucho más emocionante, más disputada, con más calidad, más barata y atrae mucho más la atención del público. Solo espero que no sea demasiado tarde.

Con los datos del análisis previo, la conclusión es obvia: Hay que reestructurar las Ligas de bolos en Cantabria y cuanto antes. Mañana puede ser muy tarde. Hay mucho trabajo realizado y adelantado. Hay que dar el paso. O como se comentaba el otro día en la radio, ponerle el cascabel al gato. Estoy de acuerdo, el gato anda cojo y tuerto, así que con el cascabel sabremos donde está. Porque al gato hay que ponerle un cascabel, no porque suponga una amenaza, sino porque cualquier día nos vamos a encontrar el cadáver donde menos lo esperemos, por muchas vidas que pretendamos asignarle.

Yo tengo algunas cosas muy claras en cuanto a esa necesaria reestructuración:

  • APEBOL debe quedar al margen de ella. Van por otro camino y, aunque unidas por un débil lazo, gozan de una autonomía autoimpuesta que nadie parece dispuesto ni a enmendar ni a discutir. Lo que es bueno para APEBOL no tiene que ser bueno para los bolos en general, ni lo que es bueno para los bolos tiene que serlo necesariamente para APEBOL.
  • Sobra una categoría. La estructura piramidal no es discutible, no hay que inventar la rueda. La Segunda Especial se creó cuando había más de 200 equipos para absorber parte de ellos. Ahora que hay la mitad de peñas que cuando se creó, carece de sentido mantenerla artificialmente. Tenemos que darle una buena base a la pirámide. En 2007, en la cima teníamos 24 equipos (Liga Nacional y Primera) y por debajo otras 141 peñas sostenían la cumbre. Una relación 15% – 85%. En 2002 nos encontramos 28 peñas en la cima (14 en DH y 14 en primera) y tan solo 94 sosteniendo, la relación ha cambiado a un 23% – 77%. La pirámide se resiente
  • 14 equipos en una liga de bolos es una cagada, 12 es una aberración y 10 podría ser considerado un error. Todo ello en base a las conclusiones del análisis (caída libre de equipos, crisis económica y creciente importancia de la conciliación)

Con todo esto, otro día seguimos que tampoco es plan de aburriros mucho.

 

 

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