Por el bien de los bolos. Una frase que, por usada, ha perdido todo el sentido. Estarás harto de escucharla. Todo el mundo la tiene en la punta de la lengua. Y están convencidos de que todo lo que hacen es por el bien de los bolos.
- ¿Que revientan un principio de acercamiento? Es por el bien de los bolos.
- ¿Qué le dictan al plumilla lo que tiene que escribir? Por el bien de los bolos.
- ¿Que insultan a los que representan la voluntad de la gente? Es por el bien de los bolos.
Y los desarrapados no nos enteramos de que todos ellos lo hacen por nuestro bien. Y por el bien de los bolos.
Sé que hay gente que piensa que los enfrentamientos no son buenos para los bolos. Y tratan de evitarlos a toda costa. Por el bien de los bolos. No soy de esos, lo reconozco. No me parece justo, ni bueno para los bolos, rehuir el enfrentamiento con aquellos que se han proclamado salvadores de los mismos.
Otros tratarán de rehuir la guerra porque las guerras no son buenas para nadie. No les conviene relacionarse con conflictos de estas dimensiones.
Y no discuto que no estén convencidos de que todo eso lo hacen por el bien de los bolos. No digo que haya mala intención detrás de sus acciones. Luego todo esto se malinterpretará, una vez más, por el bien de los bolos. Conozco las consecuencias y las tengo asumidas.
Pero partimos de ideas distintas sobre los bolos. Para ellos y para ellas (me he vuelto inclusivo de repente) los bolos son su pequeño mundo cerrado. Y por el bien de esos bolos están dispuestos a todo. Y es comprensible que traten de mantener todo lo conseguido. Y que no quieran compartir su pastel con los demás. Y es totalmente lógico..
Seamos empáticos y empáticas. Pongámonos en su pellejo. Si disfrutaramos de ese paraíso no nos gustaría que trataran de asaltarlo y haríamos todo lo posible por defender la fortaleza. ¿A qué no?
También les pediría a ellos y a ellas un poco de empatía, pero se que es complicado cuando la distancia que te aleja de las personas con las que quieres empatizar es tan grande. Cuando los muros de tu fortaleza son impenetrables. Cuando vives en una realidad paralela, no puedes ser empático. Primero tienes que abandonar tu mundo idílico. Tienes que bajar al barro. Y, una vez te has adaptado al barro, tienes que intentar comprender a las personas que habitan en él. Mucho esfuerzo para muy poco beneficio.
Sin embargo, cuando estás en el barro, es más fácil de entender que los de la fortaleza no quieran salir. Y que sospechen con mucha facilidad que todos los parias del barro quieren asaltar su fortín.
Pero tu y yo sabemos que no es así. Que la inmensa mayoría de los parias y desheredados no quieren echarlos del paraíso. Porque no les importa estar en el barro. Lo hemos aceptado de buen grado. A mi no me importa el barro. Sé que al resto de modalidades tampoco. Sé que a la inmensa mayoría de los que están un escalón por debajo tampoco les importa el barro, es su hábitat natural. Ser un pordiosero y estar satisfecho no tiene precio. Porque la satisfacción es imprescindible en la motivación. Si quereis saber mas buscad sobre Herzberg o Maslow, que de estos han escrito un montón.
Los pordioseros estamos satisfechos con lo que tenemos. Por lo tanto, podemos motivarnos, año tras año, a seguir jugando a esto. Sin satisfacción, no hay motivación.
Y en el paraíso están insatisfechos. Sus necesidades básicas no están cubiertas. Necesitan flujos constantes de dinero, boleras con buenas entradas, necesitan una competición emocionante… Y todo eso no lo tienen, no están satisfechos. Por eso es imposible motivarlos a algo. Primero hay que cubrir sus necesidades básicas. Después, una vez satisfechos podemos tratar de motivarlos.
Pero sus necesidades básicas son cada vez más difíciles de cubrir. Los pordioseros nos conformamos con poquito. Pero claro, para poder seguir motivados necesitamos mantener nuestro barro limpio en la medida de lo posible. Tenemos un barro ordenado y confortable. Si ahora nos lo llenan de mierda, pasamos a estar insatisfechos y perdemos la motivación. Y la motivación es imprescindible para que el año que viene la mayoría volvamos a salir al barro a pelear por el bien de los bolos. Si nos convertimos en el estercolero de la Torre de Marfil, perderemos nuestro grado de satisfacción y el año que viene tendremos que empezar a pensar que cuatro son multitud y que las partidas por tríos tienen su encanto.
Vamos a dejar de engañarnos. Para buscar esa satisfacción de los moradores del Reino de Fantasía, los 450.000 euros anuales que recibe la federación son un reclamo demasiado poderoso.
Echad la vista atrás. Hace 15 años la federación la controlaban los mismos que ahora controlan el paraíso. Estaban satisfechos. Han perdido el control de la federación que ahora, parece estar en manos de los pordioseros. Ya no controlan todo.
Que la federación haya pasado a manos de los pordioseros significa que el reparto se hace de otra manera:
- Se han recuperado las dietas de los regionales para todas las categorías y modalidades
- Se han ajustado las tarifas arbitrales
- Se ha repartido la miseria gubernamental de una manera más justa
- Se ha incrementado la limosna que se les da a clubes y escuelas
- Se han reestructurado las categorías para que sean más ágiles y baratas para todos.
- Se ha modernizado (poco, muy poco) el proceso de inscripción
- Se han eliminado los fastos y derroches
Esto son hechos. Todas esas mejoras aplicadas a los pordioseros han permitido mantener un grado de motivación aceptable. Han ordenado un poco el barro y han tratado de hacerlo más confortable.
Pero claro, toda esa redistribución de la miseria provoca una gran insatisfacción de los habitantes de la tierra de marfil que anhelan seguir controlando el trozo grande del pastel. Y se enfadan. Y cargan contra todo aquel que amenace su modo de vida.
Es lógico, la satisfacción es básica para la supervivencia. La satisfacción se asemeja, para que me entiendas mejor al hambre, al sueño , al frío y al calor. Si no tienes cubiertas esas necesidades básicas te mueres.
Ellos tienen unas necesidades básicas más elevadas que nosotros, los parias. Por eso van a luchar con uñas y dientes para recuperar su satisfacción. Y lo harán caiga quien caiga, es una cuestión de supervivencia.
Nosotros necesitamos menos para sobrevivir. Nos hemos adaptado al barro. Pero que necesitemos menos para sobrevivir no significa que no tengamos necesidades. Y no significa tampoco que, llegado el momento, vayamos a quedarnos cruzados de brazos.
Por eso este conflicto es inevitable. Porque va de supervivencia. De la supervivencia de los bolos. Y va de supervivencia en un modelo agotado, lo que lo hace aún más complicado.
Vamos acabando que las 1.200 palabras están demasiado cerca. Resumo el mensaje:
- Hay un paraíso y un infierno
- Los habitantes del infierno no quieren asaltar el paraíso, se conforman con tener el infierno a una temperatura confortable y con una cierta cantidad de orden y limpieza
- Los habitantes del paraíso anhelan los recursos que mantienen el infierno confortable dentro lo posible.
- De los pordioseros que habitan el infierno depende que este siga siendo mínimamente habitable
Se que esto se ve más claro si estás en el infierno que en el paraíso. Tampoco pretendo que nadie quiera compartir esta visión de la realidad. Para mi es muy clara. Igual que es muy claro para mí que siempre voy a estar al lado del pordiosero porque es lo más justo y porque no valgo para lamer el trasero de nadie. Y todo ello por el bien de los bolos.
Gracias por tu tiempo y hasta otro día.
P.D: Las fotos que acompañan al post son un reflejo de lo que la inteligencia artificial opina y conoce sobre nuestro deporte de los bolos en Cantabria. La cebra es un requisito mío.