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Ya no tengo carnet de bolístico

Parece ser que no ha sentado nada bien el análisis de la División de Honor de la semana pasada. Vamos, que ha sentado tan mal que me han quitado el carnet de bolístico. Nunca me hizo falta, así que se lo pueden quedar.

Alguien podría pensar que tendría que hacer uso de mi turno de réplica, pero no es el momento. Ahora mismo hay algo mucho más importante.

El sábado a las once te espero a ti. A ti que llevas años quejándote en los bares y en los corros del olvido de la Federación con los de tercera, los «modestos», como nos calificaba Marcelino en sus crónicas de El Diario.

El sábado tienes una cita a las 11 en el pabellón de La Habana Vieja de Torrelavega con el futuro de los bolos. Para una vez que se acercan a escucharnos, lo menos que podemos hacer es asistir a la reunión.

Los jugadores de tercera, imagino que el resto también, al igual que otros colectivos bolísticos, somos muy de quejarnos fuera de tiempo y lugar. Ahora que, tras décadas de ostracismo, por fin los que dirigen el cotarro bajan a la bolera no podemos perder el partido por incomparecencia. Tampoco podemos presentarnos a jugar con tres. Nos faltaría uno y ese no puede ser tu.

No quiero engañar a nadie, nunca lo he pretendido. De esta reunión no van a salir soluciones mágicas porque no existen. Pero tampoco me oirás decir que no va a servir de nada, como seguramente estés pensando en este momento.

Siempre he dicho que el primer paso para solucionar un problema es reconocer su existencia. Eso ya creo que lo tenemos asimilado, aunque nos haya costado casi dos décadas hacerlo. En los pasos siguientes no podemos permitirnos emplear ese tiempo. Porque lo más probable es que en veinte años los bolos sean un deporte residual en la sociedad Cántabra. Como un día lo fueron el tiro de cuerda o el salto pasiego, relegados a practicarse una vez al año. De momento ya no salimos en el periódico.

Por eso, porque nos jugamos mucho, tienes que ir el sábado a las 11:00 a Torrelavega. Porque si hay alguien capaz de sacar a los bolos del agujero en el que se encuentran eres tú.

Sí, precisamente tú, que llevas años viendo y viviendo el problema cada temporada. En veinte años hemos tenido asambleas, directivas e incluso asociaciones que han pasado de la tercera categoría y ni siquiera se han dignado a escucharnos. Quizás porque no hemos hecho el suficiente ruido.

Por eso hay que aprovechar esta oportunidad para empezar a hacer ruido de verdad. Si no lo hacemos ya el año que viene seremos muchos menos y haremos menos ruido todavía, hasta que seamos residuales y estemos en completo silencio, o jugando en aficionados.

Ahora que el foco está puesto en las escuelas de bolos no podemos olvidar que una tercera digna es imprescindible. Si seguimos esperando, cuando el trabajo de las escuelas dé su fruto no tendremos donde recogerlo.

Lo vemos con un ejemplo práctico, el que mejor conozco por proximidad geográfica, Santander. No hace mucho la propia escuela de Toño Gómez tenía un equipo de tercera para dar salida a cadetes y juveniles. Ese equipo desapareció y empezó a nutrir de jugadores a las peñas de tercera de la ciudad. Ahora las escuelas de Santander no tienen equipos de tercera los que alimentar. La salida se encuentra en segunda. Ya el salto es más grande. E igual no todos pueden darlo. Así que tienen que irse fuera de la capital. Creo que queda bastante clara la necesidad de una tercera digna.

Históricamente hemos visto asambleas dominadas por peñas poco modestas. Esa ha sido otra de las quejas eternas, que las decisiones tomadas en asamblea eran solo para los de arriba. Ahora está claro que la cosa ha cambiado. Como me decían el otro día: esta es la Asamblea más abierta de la historia de los bolos.

Llegados a este punto, conviene aclarar que, para mí, los bolos de tercera son mucho más amplios que lo que determinan los estándares federativos. Para mí, los bolos de tercera abarcan el 95% de todo lo que está por debajo de primera categoría. Sí, así de sencillo y moleste a quien moleste. Incluso peñas de primera categoría comienzan a sufrir problemas comunes a los de tercera. Era cuestión de tiempo.

Por eso, aunque la reunión está oficialmente convocada a peñas de tercera categoría, han hecho bien en abrirla a todo aquel que tenga algo que aportar. Porque nunca sabes quién puede tener la solución que nos permita tener una tercera digna. Tú mismo puedes tener la clave pero si no vas, perdemos el partido.

Lo repito otra vez, el sábado 9 de julio a las 11 en el pabellón de La Habana Vieja de Torrelavega. Es el escenario escogido para disputar uno de los partidos más importantes de los que te quedan por jugar. No faltes.

Ha llegado el momento que llevamos esperando veinte años. Podemos demostrar que nos importan los bolos tanto o más que a los demás. Olvida ya eso de que esta reunión no va a servir de nada. Te equivocas.

Y también se equivocan los que dicen que esto es una guerra o una división entre buenos y malos jugadores. Por eso, cuando aprovechan que el Pisuerga pasa por Valladolid, meten la pata hasta el fondo. No debo explicarme bien.

Esto no va de jugadores buenos y malos (lo de menos buenos me parece un eufemismo). No va de que unos ganen mucho y otros nada. Que va. Si partimos de ahí cualquier resultado será erróneo.

Dudo que cualquiera que se sienta jugador de tercera reivindique acabar con la élite o cosas similares. Hacer distinciones entre buenos y menos buenos o entre unos que ganan mucho y otros poco es, por definición, dividir.

Un jugador de tercera acepta que pierde dinero todos los años. Un jugador de tercera acepta su media todos los años. Un jugador de tercera sabe todo eso y más. Lo que no acepta es que le tomen por tonto. Pero eso tampoco es nuevo.

Por ello es importante que todos los que se sientan de tercera acudan el sábado a Torrelavega. Porque, después de años de abandono, por fin se da el paso de escuchar. Y se convoca una reunión aceptando que existe un problema y tratando de buscar soluciones.

Por eso mismo considero que es mucho más importante recordarte que el sábado tenemos un partido duro y que hacemos falta a todos. Los pocos que quedamos tenemos que estar allí.

Porque es el momento de dejar de quejarse en los bares y en los tablones de las boleras. También es el momento de abandonar un poco las redes sociales y acercarse a Torrelavega. Ojo no digo que las redes sociales sean malas, todo lo contrario. Son un canal de comunicación de mucho valor. Y la eterna lucha del poder bolístico ha sido controlarlas o ignorarlas. Son una herramienta. Un martillo también es una herramienta ¿es peligroso? si no sabes usarlo, sin duda.

Toca ir acabando. Así que no hagas planes para el sábado 9 a las 11. Tienes una cita en el pabellón de La Habana Vieja de Torrelavega. Luego no te quejes si la tercera sigue abandonada a su suerte y cuando te haga falta la categoría ésta, ya no existe. El sábado nos vemos.

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