Los tres caminos en los bolos
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Como decíamos ayer (o antesdeayer) los bolos llevan muchos años insistiendo en el error de mimar en exceso a la élite. Esto ha llevado a que a la sombra de ese mimo, se haya desarrollado otra élite paralela, pero eso es otra historia y debe ser contada en otra ocasión, igual dá. Aunque ese desarrollo forzado y con calzador tenga consecuencias muy negativas, aún no afectan de manera evidente, aunque ya empieza a sonar el run run. Es cuestión de tiempo que alguien eche cuentas, vea el agravio comparativo y estalle otra revolución silenciosa que mande a la mierda un buen puñado de equipos federados. De momento, como digo, igual da.
¿A qué nos ha llevado ese error? A abandonar a su suerte a los que de verdad sostienen el circo. A todos esos que no somos tan buenos, pero que empleamos muchas horas y dinero en este deporte. Y como ni las horas ni el dinero se estiran, todas las que invertimos en esto de los bolos, se las tenemos que robar a otros aspectos de la vida. ¿Hasta cuándo? Hasta que la recompensa que obtienes es menor que el esfuerzo que realizas. Entonces te paras y te pones a analizar:
Las contras y desventajas de jugar a los bolos
- Media hora o más de desplazamiento a cada partido, una hora de calentamiento, dos horas de enfrentamiento, más otra media (si todo va bien) para volver a tu casa…. 4 horitas
- Un día a la semana de entrenamiento en el que, entre pitos y flautas, se te van fácil otras tres horitas
- 22 jornadas, o lo que es lo mismo, todos los fines de semana y festivos desde abril hasta mediados de agosto, pringado sin poder disfrutar de los tuyos.
- Más kilómetros que el ALSA (al precio que se están poniendo los combustibles)
- Todo ello multiplicado por el número de años que llevas jugando a los bolos
Las ventajas de jugar a los bolos
Ya hemos analizado los contras, luego pones en la balanza los pros:
- Te lo pasas bien y disfrutas con tus compañeros de un juego que te llena
Los tres caminos ¿Cuál escoger?
Y al final, toca tomar la decisión a mediados de Agosto ¿sigo el año que viene?. Y aquí tienes tres caminos:
- Claro que sigo, hasta que el cuerpo aguante
- Sigo, pero juego en un ambiente más relajado, más flexible, con menos requerimientos y menores obligaciones
- Anda y que le den
Cada vez son menos los que optan por el camino uno. Y es que cada vez es más complicado. Eso no me lo puede negar nadie. Los enfermos nos vamos curando.
Ahora toca hacerse una pregunta: ¿conoces a alguien que haya escogido los caminos dos y tres y se haya dado la vuelta? Nadie ha vuelto de esos caminos, porque la recompensa que obtienen es mucho mayor que el coste de transitar por ese camino.
Y todo porque nadie se ha preocupado de mirar por las recompensas de esas personas, porque estaban más entretenido mirando a las élites que, entiendo que sean importantes de cara al aficionado. Lógico. Pero hasta ahí, las élites deberían ser más autónomas y no necesitan respiradores artificiales ni cuidados intensivos.
Esto lo digo desde el punto de vista de jugador mediocre. Pero al César lo que es del César, hay otros colectivos olvidados a su suerte. En general todos aquellos que no pertenecen a las élites (naturales y artificiales) están olvidados.
El del 1.65€ al pinche
Y es de actualidad ahora el caso de un jugador de Segunda que despachó al armador con 1.65€. Sus razones tendrá, no entro a valorarlas. Pero quizá esa persona debe plantearse que, si su economía no le permite ser más justo con la persona que ha estado 40 minutos doblando el lomo para pinar los bolos, yendo y viniendo a buscar los pitonazos a 12 metros y dando patadas a las bolas para que no estorben al señor durante la ejecución de su juego, no debería estar participando en los concursos. No es obligatorio, si no le alcanza, no los juegue, no pasa nada. Nadie pierde nada. De verdad.
Pero lo sabemos todos, esto no es nuevo, ocurre todos los años en más de un concurso. Pero lo importante son los récords, que los bolos pesen muy poco y que las élites estén contentas, igual dá. Nadie va a hacer nada por el pinche y sus compañeros de fatigas. Así que el año que viene o el otro, va a armar Rita la Cantaora.
Maximino García Aguado (Maxi el de San Felices)
Y no solo nos olvidamos de los pinches y de los presidentes de peña. Hay otro colectivo que también se queda a un lado, los árbitros. Pero ojo, no cometáis el error de pensar en los 100 € por partido…. No me refiero a ese aspecto puntual. Ahora pensad en ese árbitro al que estáis hartos de ver todos los años.
Venga os lo pongo fácil, le pongo cara, Maxi el de San Felices…. Porque cada día hay menos Maxis y sin Maxis, al igual que sin pinches o sin presidentes de peñas de segunda y tercera o sin jugadores mediocres, el circo se nos va al mierda.
Pues como Maxi, hay más que se arbitran concursos de tercera y segunda por una miseria, en comparación, menos aún que los famosos 1.65€. Pero no se arbitra ni uno ni dos… se arbitra todos los de su zona, en San Felices, en Corrales, en Mata, en Cieza… Y no creo que ninguno le haya visto en la lista Forbes. Y hace partidos de féminas, veteranos y cadetes (20 € cada uno a cobrar en Diciembre porque alguien pensó un día que el café para todos era bueno, pero no calculó que no había suficiente café. Y pasaron los años admirando a las élites y nadie vió el problema. Igual dá.)
Y un concurso de segunda y de tercera no son dos días, ni tres. Son muchos más. Y a Maxi no se le puede clonar y no quedan más como él. No hay suficientes Maxis, no digo árbitros, digo Maxis. Dispuestos a todo a cambio de nada.
Y ahí tenemos otro problema que no se soluciona porque lo importante son las élites ( y si no las hay nos las inventamos para poder preocuparnos de ellas y dar mucha pompa y circunstancia) y que estén cómodas y a gusto.
Otro día seguimos analizando el abismo que tenemos delante y quizá podamos hablar de soluciones reales a todo esto que hemos montado mientras adorábamos a las élites. O no. Igual dá.
Sí, estoy de acuerdo con todo lo que se dice. Pronto veremos como concursos de segunda y tercera se dejarán de celebrar por falta de plantadores, porque los que los organizamos ya no tenemos esa edad para poder plantar, no tan malo que organizamos y en ocasiones tenemos que poner dinero de nuestro bolsillo… Todo por amor al arte.